La fotografía publicitaria nació hace unos cuantos años con
el fin de mostrar un producto visualmente atractivo para el consumidor e
influir a su compra y consumo. Como resulta evidente, estamos hablando de un
proceso en el que es esencial conocer a quienes va dirigido el mensaje, y qué
beneficios caben esperar de la imagen. Por ello debe haber un asesoramiento por
parte del publicista o del fotógrafo en el aspecto publicitario, o relativo al
marketing. Claramente el profesional debe conocer esta temática. Luego de las
primeras charlas surgen las ideas, y aquí hay que tener en cuenta quien es el
destinatario del trabajo: el cliente de nuestro cliente.
Hace un par de décadas no se le daba tanta importancia a la
publicidad ni a la fotografía publicitaria porque eran privilegios reservado
para las grandes compañías; las pequeñas empresas e independientes vendían sus
productos de manera directa o personal sin hacer mayores esfuerzos
publicitarios y, apegados a este estilo anticuado y supuestamente económico, no
justificaban mayores inversiones en publicidad puesto que lograban estándares
de ventas satisfactorio. Hasta que la competencia se fue volviendo más
abundante, más agresiva y comenzó a hacer presencia en el mercado presentando
productos o servicios similares pero respaldándolos eficazmente con publicidad,
entonces, hasta los más escépticos, vieron la necesidad de defenderse con
iguales o mejores respuestas publicitarias.
La fotografía publicitaria difiere del resto de los géneros fotográficos por varios motivos. Su funcionalidad le exige una adaptabilidad a los intereses comerciales que tienen por finalidad el aumento de las ventas o servicios. Si el anunciante consigue aumentar el número de ventas es cuando se valora positivamente la capacidad publicística de la fotografía. La fotografía publicitaria, por otro lado, no está comprometida con la realidad como, por ejemplo, la fotografía de prensa. Es decir, la fotografía publicitaria muchas veces se inspira en la realidad pero lo que nos representa por medio de sus imágenes es una realidad construida. A diferencia de otros tipos de fotografía, donde el fotógrafo tiene que estar alerta para obtener la instantánea, la fotografía publicitaria construye la escena exactamente igual que en el cine de ficción, y el fotógrafo se limita a captar la escena valiéndose de las técnicas de iluminación y fotográficas. En el caso de que el fotógrafo no obtenga la imagen diseñada en el primer disparo tendrá más oportunidades, tantas como hagan falta.
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